Congelar los alimentos es una forma estupenda de no tirar nada (y muy antigua), pero no toda la comida se conserva bien bajo cero.
La mayoría de las verduras las puedes trocear y congelar, sobre todo si las plantas tú, así las tendrás todo el año: los guisantes, la calabaza, el puerro o la zanahoria nunca faltan en mi congelador. La cebolla debes de trocearla antes de congelar e introducirla en una bolsita.
Los alimentos cocinados se pueden someter a bajas temperaturas pero tiene que hacerse de forma correcta. Los recipientes rígidos son los más recomendados, llénalos lo máximo posible para que no quede aire. Y si son cuadrados o rectangulares podrás aprovechar mejor el espacio del congelador.
Los huevos con cáscara no se deben congelar, ni siquiera lavar porque la humedad penetra en el interior y se estropean mucho antes.
La fruta que tengan un alto contenido en agua no se deben congelar porque pierden su textura y se queda blanda a la hora de consumirla (melón, frutos del bosque o fresas). Esto sucede porque se forman placas de hielo en su interior. A algunas verduras les pasa lo mismo, como por ejemplo a la lechuga o al apio o cualquiera que sea propia de ensaladas.
Los derivados lácteos tampoco se pueden congelar porque al tener un alto contenido en grasa se separan los elementos y se corta. Por ejemplo la nata. Las mayonesas, los guisos que lleven patatas, el arroz, la pasta, las salsas o los pasteles tampoco se deben de congelar.
Si has descongelado carne, pescado o mariscos no vuelvas a congelarlos. Al romperse la cadena del frío puedes sufrir intoxicaciones.
Alimentos que se pueden congelar
Carnes y mariscos: entre uno y seis meses se pueden mantener congelados estos alimentos. Cuanto más fresco esté el producto al congelarlo más lo estará cuando se descongele. Así que si al ir a la compra ya sabes que un producto es para congelar en crudo introdúcelo en el congelador en cuanto llegues a casa, no lo dejes días en la nevera. Si vas a consumir el pescado crudo tienes que congelarlo durante días, así evitarás el Anisakis.La mayoría de las verduras las puedes trocear y congelar, sobre todo si las plantas tú, así las tendrás todo el año: los guisantes, la calabaza, el puerro o la zanahoria nunca faltan en mi congelador. La cebolla debes de trocearla antes de congelar e introducirla en una bolsita.
Los alimentos cocinados se pueden someter a bajas temperaturas pero tiene que hacerse de forma correcta. Los recipientes rígidos son los más recomendados, llénalos lo máximo posible para que no quede aire. Y si son cuadrados o rectangulares podrás aprovechar mejor el espacio del congelador.
Alimentos que nunca debes de congelar
Hay alimentos que si se someten a temperaturas bajo cero sufren alteraciones en la textura y en el sabor que hacen que no sean agradables de ingerir o que resulten tóxicos (y con eso no se puede jugarLos huevos con cáscara no se deben congelar, ni siquiera lavar porque la humedad penetra en el interior y se estropean mucho antes.
La fruta que tengan un alto contenido en agua no se deben congelar porque pierden su textura y se queda blanda a la hora de consumirla (melón, frutos del bosque o fresas). Esto sucede porque se forman placas de hielo en su interior. A algunas verduras les pasa lo mismo, como por ejemplo a la lechuga o al apio o cualquiera que sea propia de ensaladas.
Los derivados lácteos tampoco se pueden congelar porque al tener un alto contenido en grasa se separan los elementos y se corta. Por ejemplo la nata. Las mayonesas, los guisos que lleven patatas, el arroz, la pasta, las salsas o los pasteles tampoco se deben de congelar.
Si has descongelado carne, pescado o mariscos no vuelvas a congelarlos. Al romperse la cadena del frío puedes sufrir intoxicaciones.
Visto en Ahorradoras.com
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